En los últimos años, una de las temáticas más relevantes, concerniente a toda la humanidad, ha sido la referente al “calentamiento global” y su efecto en el cambio del clima en diversas regiones del mundo.
Un informe del año 2001 del Panel Intergubernamental de científicos de todas partes del mundo abocado al
tratamiento del Cambio Climático (IPCC), incluye evidencias científicas de la existencia de cambios en el clima global y de sus impactos en diferentes regiones del planeta. En el sector agropecuario del Uruguay (público y privado) existe una creciente preocupación en relación a los posibles impactos negativos de estos cambios climáticos sobre la producción agropecuaria.
El Instituto de Investigación Agropecuaria del Uruguay (INIA) a través de su Unidad de Agro-clima y Sistemas de información (GRAS), elaboró y actualmente viene desarrollando un proyecto en el cual, entre otras cosas, se intenta identificar de manera científicamente probada, posibles cambios del clima en Uruguay.
Este estudio se viene realizando a nivel regional, en la llamada “región pampeana”, que incluye el sur de Brasil, Uruguay y la pampa de Argentina. Por tal motivo, la Unidad GRAS del INIA está trabajando en forma conjunta con grupos de investigadores del Centro Nacional de Investigación en Trigo de EMBRAPA, ubicado en Rio Grande del Sur, y del Instituto de Clima y Agua del INTA, ubicado en Buenos Aires.
Complementariamente el proyecto es apoyado financieramente por las organizaciones AIACC (Assessment of Impacts and Adaptation to Climate Change), START, la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU (U.S. Agency for International Development), y el TWAS (Third World Academy of Sciences) con sede en Europa. Así mismo, instituciones como el APSRU (Agriculture Production Systems Research Unit) de Australia, y el IFDC y el IRI (Instituto Internacional de Investigación en Predicciones Climáticas) de los Estados Unidos, han venido participando y continuan asesorando en el desarrollo de las actividades.
Principales cambios en el clima identificados al presente
En términos generales se ha determinado un incremento de la lluvia promedio anual.
Dicho efecto se manifiesta fundamentalmente en el período comprendido entre los
meses de octubre y febrero.
Se bien no se han determinado claramente variaciones de la temperatura media a lo
largo del año, si se han determinado cambios en las temperaturas máximas y mínimas
La temperatura máxima media ha bajado, particularmente en los meses de enero y
febrero, y la temperatura mínima media se ha incrementado prácticamente a lo largo de
El período promedio con ocurrencia de heladas es más corto.
Si bien se observa que la fecha promedio de la primera helada (o helada temprana) es
ahora más tardía, el efecto más claro y significativo es que la fecha promedio de
ocurrencia de la última helada (o helada tardía) es ahora más temprana.
Hay menor número de días con helada y la temperatura de las heladas se ha
incrementado, o dicho de otra manera, las heladas son ahora menos severas.
Es claro que los cambios en las variables climáticas anteriormente mencionadas, han
impactado y seguirán impactando en los diversos rubros y formas de producción
Es así que se podría pensar por ejemplo, que mayores precipitaciones en
primavera-verano favorecerían el desarrollo de cultivos de verano y de pasturas, o que
este efecto asociado a un incremento de la temperatura mínima media y a inviernos con
períodos de heladas más cortos y a la vez con heladas menos severas, estaría
promoviendo el desarrollo y un aumento de la incidencia de enfermedades, plagas y
parásitos tanto en la producción vegetal como en la producción animal.
Sin embargo, cabe aclarar que los efectos mencionados están basados en datos y promedios
considerados y analizados en el largo plazo (de 10 a 70 años). Dada la gran variabilidad
climática existente entre años, dichos cambios climáticos no se manifiestan todos los
años. Por ejemplo, se ha constatado que en los últimos 30 años las lluvias anuales
promedio se han incrementado en relación al período de 30 años anterior. Eso no
significa que dentro de esos 30 años con mayores precipitaciones promedio, no
existieron años con lluvias menores o incluso con severas sequías.